El arte es la mejor manera de estimular el hemisferio derecho al integrar la emoción con el pensamiento.
México / 22 junio 2020
El arte enseña a los jóvenes a pensar creativamente para, de esa manera, poder resolver problemas y enfrentar desafíos que se les presentan en sus vidas. Por medio del arte, los jóvenes estudiantes aprenden a compartir y reflexionar sobre ellos mismos, las personas y circunstancias que giran alrededor de ellos.
El arte promueve el auto estima en la persona y la seguridad interna para poder atravesar momentos difíciles en la vida y poder romper barreras y prejuicios en el camino hacia el triunfo personal.
Su ventaja radica en que al momento de enfrentar, invitar o proponer una actividad artística, los participantes van a utilizar sus destrezas y fortalezas, sin que medie ninguna exigencia o requerimiento previo que los excluya o que les demande un esfuerzo diferente a sus propias potencialidades.
El profesor de Harvard Howard Gardner, pionero en los años 80 de la teoría, hoy unánimemente aceptada, de las inteligencias múltiples, sostiene que un buen sistema educativo tiene que alimentar y fomentar todas las formas de inteligencia, incluidas las relacionadas con el arte; en caso contrario, descuidaría parcelas fundamentales del potencial humano y frenaría el desarrollo cognitivo de los niños.
Desarrollo de capacidades
Pintar, dibujar, tocar un instrumento musical, modelar, cantar… son actividades básicas para el desarrollo biológico, educativo y emocional de los niños. Pero son, además, una necesidad espiritual. A través de ellas aprenden a explorar el medio que los rodea, adquieren conciencia de sí mismos y de los demás. Su contribución se puede agrupar en las siguientes áreas:
· Desarrollo personal: las actividades artísticas proporcionan oportunidades para expresar la propia creatividad, para descubrirse uno mismo; potencian la autoestima y el concepto de uno mismo. Cada obra de arte genera en el niño que la crea el sentimiento de haber alcanzado un logro.
· Desarrollo social: se potencia a medida que el niño aprende a cooperar en un trabajo artístico realizado en grupo. Los niños son conscientes de su contribución personal al trabajo colectivo y adquieren, además, el sentimiento de pertenecer a un grupo.
· Desarrollo físico: los músculos más pequeños, la coordinación mano-ojo, la lateralidad y el sentido del ritmo se desarrollan gracias a las diversas formas de expresión artística.
· Desarrollo del lenguaje: el arte es una forma de expresión que no se basa en la habilidad verbal, sin embargo, el lenguaje y el vocabulario infantil experimentan un enorme desarrollo a medida que los niños hablan de sus trabajos. Además, el dibujo contribuye al desarrollo de la escritura en los más pequeños.
· Desarrollo cognitivo: los beneficios del arte se dejan notar especialmente en áreas como la representación simbólica, la relación espacial, números y cantidades, orden, series, clasificaciones.
Es hora de pintar más y contar menos, es hora de expresar, explorar, intuir, crear, construir. Es hora de tener más experiencias sensoriales para poder imaginar y no perder la capacidad de sorprendernos con las cosas simples que nos brinda la vida y que a la vez nos hacen tan felices.
El arte es la mejor manera de estimular el hemisferio derecho al integrar la emoción con el pensamiento, por eso cumple una función importante en el desarrollo infantil, volviéndose el aliado estratégico de la educación.
Al estimular la motricidad, la imagen corporal, el espacio, el tiempo, la emoción y el pensamiento, logra desarrollar habilidades que fortalecen su estructura y les permite enfrentarse e interactuar en la sociedad de una manera más coherente y más fuerte.
https://www.usfq.edu.ec/publicaciones/para_el_aula/Documents/para_el_aula_14/pea_014_0025.pdf